Para controlar las fuentes de contaminación de tu negocio, hace falta que siempre se mantenga un nivel impecable de higiene.
En primer lugar, hace falta que tengamos en cuenta que limpiar y desinfectar son términos complementarios, pero no iguales.
- Limpiar es un proceso donde disolvemos o suspendemos la suciedad, generalmente con agua complementada con detergente.
- Desinfectar, en cambio, consiste a eliminar los microorganismos de las superficies con agentes químicos.
Si realizamos el proceso de la manera correcta, obtendremos claros beneficios:
- La imagen que proyectamos a nuestros clientes será mucho mejor.
- La confianza de los consumidores será más alta.
- Minimizaremos los riesgos de contaminación de nuestros productos e instalaciones.
- La vida útil y la eficiencia del equipo aumentarán.
- Se crearán buenos hábitos de limpieza entre nuestro personal.
De este modo, hará falta que tu empresa cuente con un programa de limpieza y desinfección.
En este tendrá que constar, todos los equipos e infraestructuras que se tienen que limpiar, cuál será la frecuencia con la cual se tiene que limpiar, cuáles serán los productos y herramientas que se utilizarán, cuál será el procedimiento y técnica y por último quién será la persona responsable para llevar a cabo el proceso.